28 de enero
La conformación de organismos y grupos multilaterales en la región de América Latina contiene un debate histórico: desde José de San Martín y Simón Bolívar hasta nuestros días se pusieron sobre la mesa distintas formas de articulación y dinámicas de diálogo político e institucional. En todos los casos, la coyuntura -electoral, de guerra o pandemia- marcó el pulso para consolidar los giros con una mirada liberal o progresista. En una región marcada por los distintos colores políticos, las y los jefes de Estado y Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) tienen en sus manos el desafío de consolidar un proceso de integración para el futuro que contiene al cuarto PBI mundial (7 billones de dólares), a más de 660 millones de personas e incluye a todos los países del continente, excepto Estados Unidos y Canadá.
La Celac es uno más de los tantos mecanismos que se pusieron en marcha a lo largo de los años en América Latina y el Caribe. En orden cronológico, algunos de ellos son: la Caricom; la ALADI; la CAN; el Mercosur; el ALBA-TCP como propuesta alternativa al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) impulsado por Estados Unidos al mando de George Bush -y rechazado en su cara en Mar del Plata, en 2005-; la Unasur; la Alianza del Pacífico y el Prosur.
La misma Celac, de hecho, forma parte de la unión entre el Grupo de Río y de la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo (CALC). Es la única estructura a nivel regional que contiene a todos los países, desde las más pequeñas islas caribeñas hasta el fin del mundo. Suma, además, a Cuba, expulsada de la OEA y deja afuera a Estados Unidos y a Canadá.
A lo largo de los años, algunas organizaciones regionales sobreviven con más o menos institucionalidad y todas están sometidas a los vaivenes de los escenarios electorales. La Unasur, por ejemplo, muestra cómo el giro ideológico de los gobiernos puede llegar a golpear de lleno a los mecanismos institucionales consolidados en varios niveles de las administraciones. De 2015 en adelante, la desintegración estuvo al frente de presidentes como Mauricio Macri (Argentina), Jair Bolsonaro (Brasil), Iván Duque (Colombia) y Sebastián Piñera (Chile).
«Hay una deuda pendiente de pensar la integración regional como una estrategia que apueste por la autonomía respecto a lo que es el futuro próximo del orden mundial”, explicó en charla con El Destape el docente e investigador uruguayo del Programa de Estudios Internacionales de la Universidad de la República de Uruguay y doctorando de la Universidad Complutense de Madrid, Damián Rodríguez:
Para él, la clave es entender que “la integración regional es la cara de la misma moneda de los modelos de desarrollo”, indicó. “Nosotros no podemos desvincular estos dos puntos. Esto no es menor porque la pugna inter-capitalista que atravesó América latina es aperturismo versus desarrollismo-integración regional”, agregó.
A la hora de dar una mirada histórica, el analista identificó tres formas de ver a la integración regional: como un mero mecanismo de concertación de políticas, agenda o temas clave; como una estrategia de inserción internacional de los Estados en el sistema internacional; y la integración regional como una herramienta de política de una época. Todo ello, de alguna manera, depende siempre de las y los líderes de los respectivos gobiernos y, en la actualidad, no hay una agenda certera.
Eso se verá recién en la jornada de este martes, en la VII Cumbre de la Celac, en Buenos Aires, pero también habrá que esperar hasta febrero, para escuchar el plan que el ex presidente uruguayo José “Pepe” Mujica prepara. “Tenemos que tener una visión autocrítica de los fracasos que ha tenido y del atraso que tiene América Latina, está más avanzada África. […] Es un trabajo hecho con muchos amigos para entregarle a los gobiernos y ellos harán lo que les parezca o puedan», dijo el ex mandatario en el programa En Perspectiva de Radio Mundo y propuso comenzar por iniciativas “menores” como la libre circulación por la región, tener un himno y una bandera.
En ese sentido, la revitalización de la Celac tomada como sobre todo por Lula llega en una coyuntura característica: en un marco en donde todavía sobrevive la pandemia de la Covid-19, en un contexto de guerra en Ucrania con un fuerte impacto en materia económica y alimenticia; y en donde las demandas y la crisis climática comienza a pesar más sobre las decisiones de los modelos de desarrollo por los que apuestan los países.
Otro punto a atender, será también, el rol que jugará el diálogo interegional con la Unión Europea, que estará representada por el titular del Consejo Europeo, Charles Michel; y con el presidente chino Xi Jinping, que se espera que participe con un mensaje grabado. Esas instancias de diálogo que comenzaron a trabajarse hace ya unos años y que parecieran retomarse en momentos en el que el «regionalismo vuelve a ser el centro de atención de la política internacional y de la geopolítica», marcó Rodríguez.
En cualquier caso, para Rodríguez la necesidad está en decidir el rumbo a tomar y atender quiénes serán las caras sobresalientes -en donde se apuntan el mexicano, Andrés Manuel López Obrador; el colombiano, Gustavo Petro; y sin dudas, el brasileño Lula; y se definirá este año quién representará a Argentina-. La clave es una sola para él: “Cómo se va a parar América latina: si va a ser una mera exportadora de commodities o quien alimente al mundo, si se va a parar estratégicamente y va a negociar de manera conjunta en el resto del mundo”, apuntó.
Algunas pistas sobre lo que pergeñan los líderes actuales las dio Lula en el cierre del encuentro cultural de la hermanandad argentino-brasileña que se realizó este lunes por la noche en el CCK: “Brasil está de vuelta”, dijo como cada vez que puede para marcar el pulso que tendrá su agenda en el ámbito global. Al lado suyo estaban, Fernández y, también, el expresidente de Bolivia Evo Morales: “Vamos juntos a recrear el Mercosur y a fortalecerlo, incluso, con la integración de Bolivia en el bloque. Vamos a recrear a la Unasur. En este periodo tenemos que comprender que solos somos débiles, pero juntos podemos crear la gran nación soñada por San Martín y Bolívar, y soñada por tanta gente que luchó por eso”, cerró ante los aplausos del público.
¿Qué es y cómo funciona la CELAC?
Es un mecanismo de concertación de políticas y está conformada por los siguientes órganos: Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno; reunión de Ministras y Ministros de Relaciones Exteriores; presidencia Pro Tempore (a cargo de Argentina ahora y con la idea de que pase a Brasil); reunión de Coordinadores Nacionales; reuniones especializadas; y la Troika (conformada por la Presidencia Pro Tempore, por su antecesor y su sucesor).
La reunión Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno es la instancia suprema de la Comunidad. Se reúne ordinariamente en el país que ostente la Presidencia Pro Tempore y en forma extraordinaria cuando se determine en consulta con los Estados Miembros lo determine. Desde allí, se puede convocar a Cumbres y reuniones extraordinarias en consulta con la Troika. Entre sus atribuciones más relevantes, según consta en el documento fundacional, se encuentran definir las directrices y lineamientos políticos, establecer las prioridades, estrategias y planes de acción para alcanzar los objetivos propuestos, así como adoptar los lineamientos políticos y estrategias para las relaciones con terceros Estados u otras organizaciones o foros intergubernamentales de carácter internacional, regional o subregional. El eje siempre está en profundizar la unidad e integración y acelerar el desarrollo regional en los distintos ámbitos. También, se prevé promover la participación ciudadana.
Objetivos de la Celac
La concertación de posiciones comunes en foros multilaterales para promover y afianzar los intereses de la comunidad latinoamericana y caribeña frente a los temas de la agenda internacional, el impulso a la agenda latinoamericana y caribeña en foros globales.
Decisiones
Las decisiones se adoptan por consenso en todas las instancias, es decir todos los Estados deben estar de acuerdo. Se reflejan por escrito y pueden tomar el formato de declaraciones, decisiones, comunicados conjuntos y especiales, resoluciones o cualquier otro instrumento de decisión que, de común acuerdo se determine. Todas tienen el carácter de acuerdos políticos y constituyen mandatos.
Países que conforman la CELAC
Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.
Fuente: El destape.