22 de mayo
Griselda Blanco vivía en Curuzú Cuatiá como periodista independiente; publicaba información y realizaba vivos desde su cuenta de Facebook “Griselda Blanco Noticias”, donde cuenta con 5.000 seguidores. Desde allí también daba servicio a su comunidad, compartía necesidades de sus vecinos, reclamos y campañas solidarias. La noche del pasado viernes 19 realizó su última emisión en vivo.
Cálida y sonriente saludó a su audiencia. Y como otras tantas veces, compartió información sobre casos de abusos sexuales denunciados en su localidad y alrededores. Cansada de la inacción judicial frente a las presentaciones, en su última transmisión expresó: “¿Qué está pasando con la Justicia en esta provincia. ¿Cuándo van a proceder; cuando te maten, te mutilen, te corten la cabeza?”.
Horas antes, Griselda había compartido a su hijo Lautaro el teléfono de una abogada con la que se asesoraba para que la contactara por si le “pasaba algo”. Es que en el último tiempo estuvo recibiendo amenazas y era víctima de hostigamientos constantes.
En marzo difundió información que implicaba a un comisario denunciado por abuso sexual a compañeras de la fuerza en la localidad de Montecasero, que había sido trasladado a la comisaría 1° de Curuzú Cuatiá. Griselda ya había advertido sobre esta modalidad de encubrimiento e impunidad: miembros de la policía que, tras ser denunciados por distintos motivos, son transferidos a otros destinos.
Griselda fue encontrada en la tarde del sábado en el interior de su domicilio, estrangulada y con golpes en su cuerpo. Si bien en un primer momento trascendió que podría tratarse de un suicidio, rápidamente se descartó esta hipótesis. Las líneas de investigación que sigue la fiscal a cargo, María José Barrero Sahagún, de la Unidad Fiscal de Recepción y Análisis de casos son dos:
Una apunta a la ex pareja de Griselda, el también periodista Arnaldo Jara (54), quien fue detenido.
La otra, en virtud de las amenazas que venía recibiendo Griselda y sus antecedentes con la policía local, la fiscal Barrero Sahagún aplicó el protocolo de Minnesota: la policía provincial es sospechosa, por lo que interviene en la investigación la Policía Federal Argentina, para así evitar que se entorpezca o se comprometa la investigación de alguna manera.
Según las declaraciones de su hijo Lautaro Cesani, quien encontró el cuerpo de Griselda fue el hermano de la víctima, quien ya habría presentado declaración ante la fiscal. Si bien Lautaro había sido advertido por su madre de un potencial ataque y por ello descree de la posibilidad de que la ex pareja sea el femicida, no descarta ninguna posibilidad: “Espero las pericias, creemos que en el día de mañana tendremos los primeros resultados”, dijo.
Y aseguró: «Nuestra madre no se suicidó, a nuestra madre la mataron. Ella decía verdades que nadie se animaba a decir. La querían ver callada y no pudieron… Hoy fue nuestra madre y mañana puede ser cualquier persona de esta ciudad. Todo va a salir a la luz. Pedimos justicia porque es lo que ella hubiese querido y lo que se merece».
Lautaro además señaló que tampoco se trató de un robo, ya que las cosas de valor de su madre estaban allí y en principio el único objeto faltante era el celular con el que Griselda trabajaba.
Frente a la gravedad del hecho, tanto la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) como el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) solicitaron que se “extremen los cuidados para esclarecer el hecho” dado que los “recientes casos en los que estuvo trabajando exigen despejar toda duda sobre la autoría y la motivación de su trágica muerte”.
Fuente: https://lavaca.org/notas/encuentran-asesinada-a-la-periodista-griselda-blanco-sospechan-de-su-ex-pareja-y-de-la-policia-local/