Política

Argentina. Bullrich quiere reemplazar los planes sociales por un “servicio civil obligatorio”

31 de julio

La precandidata a presidenta de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, parece ir de polémica en polémica en un loop interminable. Luego del episodio en el que rememoró al gobierno de la Alianza avisando que podría hacer un blindaje si ganara las elecciones, volvió a incurrir en terreno pantanoso con una propuesta para eliminar los planes sociales y dejar a los beneficiarios que se nieguen a perder la asistencia dentro de un sistema de “servicio civil obligatorio”, en el que estaría vinculada la Gendarmería.

Según supo PáginaI12, hace algo más de una semana, la idea la volcó la propia Bullrich en una reunión que mantuvo con uno grupo de empresarios en el Hotel Palladio, locación que utiliza hace tiempo como bunker de reuniones para recaudar fondos para la campaña. Ese día, llegaron hasta el lugar, ubicado muy cerca del Ministerio de Educación, en el barrio de Recoleta, un puñado de ceos vinculados a las economías regionales. “Recién vengo de un viaje, pero acá estoy, charlemos”, explicó mientras se sentaba, esta vez, sola, sin ninguno de sus laderos en temas económicos.

Uno de los empresarios, productor frutícola del interior, le dijo que estaba de acuerdo en muchas de sus propuestas, pero le planteó una inquietud. Le explicó que muchos productores de la actividad precisan contratar trabajadores golondrina en momentos determinados, como la cosecha, y como muchos de ellos son asistidos por planes sociales, en algunas provincias hay normativas que no permiten contratarlos. Más allá de la certeza de que esos trabajos se pagan con salarios basura y sin ningún tipo de registro, el empresario le pidió a Bullrich una solución de fondo. La respuesta que obtuvo lo sorprendió a él y a buena parte de los presentes.

“Por eso no te hagas problema, si soy presidenta, ya el día uno elimino todos los planes sociales”, dijo la titular del PRO. Y agregó que “una vez que eso se haga, vamos a disponer para esa gente un seguro de desempleo por seis meses, es decir, van a recibir una ayuda por seis meses como transición”. El empresario, curioso y al ver que no le daba solución al problema, fue un paso más allá y preguntó: “Y el que no acepta quedar sin plan y tampoco el seguro, ¿qué hace? Allí fue que Bullrich aseguró que “el que no quiera cambiar, va a hacer un servicio civil obligatorio”, en el que a priori intervendrá la Gendarmería Nacional, una fuerza con la dirigente tiene una visible simpatía.

«La sociedad me lo está pidiendo»
El empresario, sorprendido y no precisamente por ser un abanderado de los derechos laborales, buscaba en realidad una salida del estilo beneficio fiscal o subsidio estatal para la contratación, pero se encontró con una propuesta extrema. “Eso va a generar un lio bárbaro, Patricia, un caos social y conflicto con los organismos de derechos humanos”, sugirió el ceo, de manera atinada. “Es lo que la sociedad me está pidiendo”, le replicó con dureza Bullrich, y agregó que “precisamos un ser humano civilizado”.

En medio de la conversación, la pre candidata que disputa la interna de Juntos por el Cambio con el alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, aclaró que no era un invento nuevo, sino algo que ya tenía en la cabeza hacía tiempo. El dato que dio en esa reunión es que, hacia el final del gobierno de Mauricio Macri, ella misma fue la que le planteó al ex presidente hacer una prueba piloto de ese tema. Siempre según los dichos de Bullrich, esa prueba tenía por objeto entrenar a 200 personas con planes sociales, dándole a la Gendarmería la potestad de hacer el “entrenamiento”, que tendría una compensación económica. La titular del PRO no aclaró si, en aquel entonces, Macri aceptó hacerlo o al menos aceptó esa prueba.

La deriva económica de «La Piba»
Hace varias semanas, Bullrich viene en un raid de promesas polémicas y una seria confusión de conceptos, por lo cual muchos de sus economistas le recomendaron no incursionar públicamente en temas económicos. Lo del blindaje, que ella misma sugirió se daría para abrir el cepo cambiario desde el día uno y fondear las reservas del Banco Central con un nuevo acuerdo con el FMI, fue la última de las perlas del error. No sólo porque ella fue parte del gobierno de la Alianza que tomó esa decisión, sino también porque Mauricio Macri, su jefe político, fue el que puso al organismo de nuevo en el país, condicionando la gestión de los gobiernos que vinieron y vendrán después de él.

Antes de eso, en una entrevista televisiva, Bullrich se refirió a la “deflación” cuando, en realidad, quería hablar de “estanflación”, dos términos claramente opuestos.

El aviso de un posible servicio civil obligatorio fue el más extremo de los planteos, que ya eran bastante extremos. En reuniones previas en el Hotel Palladio, donde suele hacer almuerzos pagos con empresarios, ya había expresado que gobernará sin negociar con los sindicatos, con los movimientos sociales y sectores políticos de la oposición.

Esta postura llevó, incluso, a acelerar la disputa en la interna con Larreta, que busca correrse de los extremos tan marcados. En los últimos días, varios de sus asesores le pidieron a Patricia moderar el mensaje, algo que parece verse en su último spot de campaña. Pero cuentan sus íntimos que es reacia a recibir órdenes y, sobre todo, sostiene que la sociedad reclama un cambio, con órden y más dureza.

Fuente: Página/12.

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